viernes, 5 de octubre de 2018

Fotografia

A tan sólo seis meses de haberse inventado, el daguerrotipo, llegó al continente americano en 1839. Desembarcó en el puerto de Veracruz, en donde se realizó la primera “imagen dibujada con luz” del país en el convento de San Francisco. Desde entonces, la fotografía mexicana se expandió sobre sus paisajes, inmortalizando inclusive a las familias que buscaban desesperadamente un retrato.
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Fue así que el daguerrotipo llegó a la ciudad de México, con la esperanza del siglo a sobrevivir como imágenes, en una felicidad eterna. Entre los primeros personajes invitados a posar ante semejante modernidad fue el presidente de aquel entonces, Porfirio Díaz, la fachada del Palacio de Minería, la estatua de Carlos IV, entre otras.
Se abrieron numerosos estudios fotográficos en la ciudad de México, principalmente en la zona centro. Mientras que personajes extranjeros, como John Lloyd Stephens,y Theodore Tiffereau, llegaron a México para hacer tomas de paisajes de ruinas precolombinas, vistas de la ciudad y hechos bélicos.
Pero no fue si no hasta 1901, cuando los hermanos Valleto, reconocidos fotógrafos mexicanos, montaron el primer estudio fotográfico de la capital. La noticia salió publicada en la revista especializada en fotografía El fotógrafo mexicano.
Durante el porfiriato, la fotografía logró destacarse sobre los otros tipos de arte, ya que la multirreproducción fungió no sólo como recurso publicitario de varios usos sociales, también como método de seguimiento para la construcción de puertos, del Ferrocarril Nacional y de ciertas zonas geográficas distantes de la capital. Eventualmente, fotógrafos extranjeros, como Abel Briquet, Charles B. Walter, W. Scott y William Henry Jackson, comenzaron reproducir una visión del folklore mexicano que estaba prohibida: la de los indígenas.
Con los cambios del movimiento armado de 1910, nuevos temas y diferentes estilos se impusieron en el fotoperiodismo. Las imágenes eran de “atractivos revolucionarios, envalentonadas ‘adelitas’ y decididos ‘juanes’”, las cuales marcaron el encanto fotográfico de la década de los 20. 
Para la década de los 30 y 40, en la ciudad de México surge el fotoperiodismo en revistas ilustradas. Si bien se procuraba dar noticias audaces, el espectador se dejaba realmente hipnotizar por los ángulos de toma y los elementos estéticos novedosos. 
No fue sino hasta el movimiento estudiantil de 1968 que la fotografía se convirtió en una herramienta para la denuncia social. Inclusive fue gracias a la marcada intención social que los fotorreportajes reforzaban la demanda de un equilibrio frente a las injusticias sociales, económicas y políticas. Gracias a ello, los fotógrafos crearon una década después un matiz nacionalista: el Consejo Mexicano de Fotografía, como promotor de diversos encuentros internacionales.
A partir de entonces, la fotografía de la ciudad poseyó un enfoque estético, enfatizando en la creación de imágenes, el montaje de escenarios y la calidad técnica. Actualmente la fotografía ha ampliado sus maneras de realizarse, desde eje organizador de eventos, cursos y conferencias, ediciones en publicaciones hasta medio de denuncia en distintos medios de comunicación.
Fuente:https://mxcity.mx/2016/01/la-historia-la-fotografia-mexicana-cuando-donde-se-desarrollo-la-cdmx/

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